ENFOCADOS EN SU PALABRA

Por mucho tiempo los seres humanos hemos cometido muchos errores, tomado malas decisiones que nos han llevado a resultados nefastos, esas decisiones son consecuencia de pensamientos equivocados, malos consejos, incluso por la misma influencia del sistema de este mundo que está enfocado en dirección contraria a Dios, y todo esto ha traído tantas guerras mundiales, pero también personales, como: divorcios, violencia familiar y muchos otros casos que finalmente nos alejan del enfoque correcto que es Dios.

Todas estas cosas descritas anteriormente se han establecido por muchas razones, pero principalmente porque no hemos tenido en cuenta un arma poderosa que Dios nos ha regalado, que es una brújula que puede darle dirección correcta a nuestra barca, que es alimento para nuestra vida, es una espada que nos puede defender de cualquier ataque, y esa arma es SU PALABRA; cuando tú y yo la tenemos atesorada en nuestra mente y corazón, la anclamos en nuestra vida de tal manera que ella misma nos mantendrá firmes y enfocados en DIOS.

Un ejemplo de alguien que estuvo enfocado y cimentado en la palabra fue David (2 Samuel 7: 8-9; 12-13; 16-21). Dios habló por medio del profeta Natán a David, le dio una palabra poderosa, donde le describe claramente el propósito con su vida; David muestra una actitud correcta hacia Dios como lo expresa la biblia “oyéndola con sus oídos”, esto significa que la recibió, la creyó, la atesoró y la vivió.

Otro ejemplo impresionante fue José (Génesis 45:3-8), él pudo perdonar la falta cometida por sus hermanos porque tenía anclada la palabra de Dios en su mente y corazón, entendió que el error de sus hermanos al venderlo como esclavo, no era sino un plan de Dios para su vida, para su familia y para toda una nación.

Pedro también se dejó guiar por la palabra de Dios (Hechos 10:9-16; 22), él tuvo una visión en la que Dios le habló claramente lo cual permitó que él CAMINARA Y SE ENFOCARA en lo que le había sido revelado.

Por esta razón, nosotros necesitamos oír la voz de Dios que es SU PALABRA, y no sólo oírla sino hacerla parte de nuestra vida, apreciarla, valorarla, caminar en pos de ella, y creer en las promesas que Dios nos da. Asimismo, hacer que esa palabra dada por Dios cobre vida en nosotros, germine y de mucho fruto (Juan 15:8) para que nuestro camino esté dirigido y ENFOCADO EN DIOS.

Katherine Paola Escalante Varela