ENFOCADOS EN SU VOLUNTAD

Muchas veces en nuestra vida es común que oremos o digamos “que sea la voluntad de Dios”; sin embargo, cuántas de esas veces realmente somos conscientes de cuál es la voluntad de Él con relación a esa situación o circunstancia. Cuando nos enfrentamos a tomar decisiones creemos que lo que Él tiene para nosotros es lo mejor, y es así, pero no siempre lo mejor, ocurre de forma instantánea, cómoda o fácil; como quizás lo esperamos.

La Palabra de Dios nos enseña que "la buena voluntad de Dios es agradable y perfecta" (Romanos 12:2), tres características que debemos tener claras y presentes en nuestra vida como creyentes si queremos permanecer en Él.

Lo primero que la biblia nos declara en este pasaje es que su voluntad es buena, y no es casualidad que esta sea la primera característica, pues lo primero que debemos entender y atesorar en nuestro corazón es que Dios es bueno (Salmo 136:1), su voluntad refleja su naturaleza y carácter. Tal vez no estés pasando una situación fácil y tu vida este siendo procesada, pero el caminar en la voluntad de Dios te garantiza que todo lo que estás viviendo, aunque parezca malo, duro o difícil, obrará para bien. Incluso si hasta hoy le haz fallado o tomado malas decisiones alejadas de lo que Dios tiene para tí, ten por seguro que, si te vuelves verdaderamente a Él, hará que todo obre para bien.

La voluntad de Dios también es agradable, nos produce paz, gozo y un placer que no puede ofrecer el pecado, la vanidad de la vida, la engañosa autosuficiencia o la independencia hacia Dios. Esta característica algunas veces no se refleja durante el proceso, el desierto o la prueba, pero al final siempre es agradable; podríamos verlo en la difícil situación por la que atravesó Job, ¿acaso no fue la voluntad de Dios que pasara por esas circunstancias?, todo aquello que tiene valor debe ser probado, y al final de esa historia podemos ver cuán agradable se mostró la voluntad de Dios hacia su siervo Job. Mientras estemos anclados a las cosas terrenales seguir la voluntad de Dios no será agradable, hará el proceso doloroso, porque si nuestra humanidad prevalece, tendremos que morir una y otra vez, hasta aceptar lo que realmente está en los planes del Padre.

Es increíble ver cómo nuestro Señor Jesús en su momento de mayor angustia como hombre, antes de ir la cruz, oró al Padre pidiendo ser librado de ese sufrimiento (Lucas 22:42); sin embargo, podemos ver cómo se negó asimismo pidiendo que no se hiciera su voluntad, sino la del Padre; y se humilló sometiendo su humanidad en obediencia (Isaías 53:10-12; Filipenses 2:6-11). Todo lo que deseamos desde nuestra humanidad, es carnal; así que, si queremos experimentar lo agradable de la voluntad de Dios, debemos estar dispuestos a renunciar a nosotros mismos.

Caminar en la voluntad de Dios nos lleva a que seamos agradecidos en todo (1 Tesalonicenses 5:18), nos conduce a la santificación (1 Tesalonicenses 4:3), su voluntad nos guiará a todo lo que es verdadero, honesto, justo, puro, amable, de buen nombre, virtuoso y a aquello que sea digno de alabanza (Filipenses 4:8); si te enfrentas a una decisión y lo que deseas no tiene lo mencionado anteriormente, ten la seguridad que no proviene de Dios, sino de tu naturaleza carnal y pecaminosa.

Para concluir, la voluntad de Dios es perfecta, por eso para conocerla el único medio es tener una relación con Él, no podemos conocer su voluntad sin conocerlo a Él, mientras lo conocemos, su voluntad y propósito se revelan en nosotros. Una vida íntima en la presencia de Dios nos conduce a conocer su voluntad, y esto es muy importante pues solo cuando pedimos conforme a su voluntad, entonces todo lo que pidamos será hecho (1 Juan 5:14-15). Al ver el fruto de todo lo que produce la voluntad de Dios en nosotros podemos decir que su voluntad es perfecta.

Es necesario avanzar en esta década gloriosa y poderosa para los hijos de Dios, enfocados en hacer su voluntad.

Orlando Tejeda Preciado